El frío va acercándose, y es momento de encender la chimenea. En muchos casos, una de las mayores preocupaciones es cómo mantener el calor en casa. Aunque la chimenea aporta una calidez única, no siempre resulta eficiente, y se deben tener en cuenta algunos aspectos para mejorar su rendimiento.
Si tienes una chimenea de leña, lo primero que debes conseguir es crear un buen fuego. Aunque pueda parecer sencillo, se deben contemplar ciertos aspectos. Si en el momento del encendido, la entrada de aire es alta, esto facilitará que se produzcan unas llamas mejores. Por otro lado, el tipo de leña que uses jugará un papel importante. Una leña seca y dura es la más recomendada, ya que tiene un mayor poder calorífico y ensucia menos. Recuerda que el tamaño de los troncos tiene que ser el adecuado en función de la cámara de combustión.
El tamaño y la potencia de la chimenea también influirá significativamente en la distribución del calor. En el momento de escoger el modelo o aparato adecuado, se deben tener en cuenta el total de metros cuadrados que se quieren calentar. Si no tiene suficiente potencia, habrá habitaciones de la casa en las que no llegará el calor, y deberemos recorrer a otros sistemas de calefacción.
Aun así, para mantener el calor en casa, existen otros factores que no dependen de la chimenea. Primeramente, debemos asegurarnos que las puertas y ventanas cierran correctamente. De no ser así, el calor se escapa y entra el frío de exterior. También se debe tener en cuenta el grosor y aislante de las paredes.
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