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Llega el mes de septiembre, volvemos al trabajo, comienza la escuela …, y es hora de preparar todo para el invierno. También conviene saber cómo nos protegeremos del frío en casa y hacer números de lo que nos cuesta la calefacción cada año.



Los costos de cada sistema de calefacción varían mucho en función del combustible que se utiliza. Y conviene tener en cuenta que, actualmente hay combustibles que, tanto en términos económicos como medioambientales, cada vez quedan más obsoletos. Hablamos de combustibles que no ofrecen un servicio sostenible, como es el caso de la electricidad y el gasóleo, por ejemplo. Dos combustibles que se disparan muchísimo de precio en comparación con la biomasa.

La biomasa forestal es una fuente de energía renovable que, en forma de briquetas, es ideal para las chimeneas con recuperador de calor de alto rendimiento. Y es que una chimenea con un recuperador de calor de calidad de altas prestaciones aporta una reducción parcial o total del coste de la calefacción. Además, las briquetas de biomasa aumentan, respecto a la leña, el rendimiento de la chimenea de 2500 a 3000 kilocalorías, con el consiguiente ahorro de energía y de dinero.

Además de ser un producto autóctono que contribuye a mantener los bosques en condiciones, lo más importante de la biomasa es su bajo coste si la comparamos con otros combustibles. A continuación os ofrecemos una gráfica comparativa que demuestra claramente que un sistema calefacción que utilice la biomasa como combustible es un ahorro de dinero muy importante en la economía de un hogar.

 

 

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